Orgón y su manipulación
Actualmente, de acuerdo a las modernas
hipótesis de la física cuántica, se acepta la existencia de un éter, un océano
de energía implicada u oculta en una quinta dimensión: la “Energía del Punto
Cero”. El orgón sería un aspecto más materializado de esa energía. Reich lo
llamó así porque suponía que se liberaba durante el orgasmo, lo que investigó
en la unión sexual de parejas. Ambos llevaban pegados en la piel electrodos
conectados a sensibles voltímetros registradores. Durante el orgasmo, el
voltaje se disparaba, y él lo interpretaba como un efecto de otra energía muy
poderosa, a la que llamó orgón. La capacidad de experimentar orgasmo la
relacionaba con la carga orgónica del cuerpo y la correcta circulación, sin
bloqueos, de esa energía, dependiente de su estado de salud. Estas experiencias
las hizo en Noruega poco antes de la Segunda Guerra Mundial, simultáneamente
con su experimentación de biones. A pesar de ser éste un país con pocos
prejuicios en materia sexual, estas pruebas desataron cierto escándalo y Reich
tuvo que marcharse al Reino Unido. Si tras su muerte algunos seguidores las han
repetido con instrumentación mucho más sensible y precisa, no lo han divulgado.
Y es que las experiencias con orgón se pueden
hacer con artefactos de sencilla construcción, por lo que se han multiplicado
los experimentos con diversos inventos, que, aunque tienen como base el orgón,
son tan variados que el mismo Reich se asombraría. Éstas se han polarizado en
dos aspectos: acumuladores de orgón y “rompenubes”.
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